Un año de la ley de vivienda y lo peor está por venir: habrá 100.000 pisos menos en alquiler

Foto Murbalands  Murbalands, 24/06/2024

    
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21/05/2024

De los 60.000 que desaparecerán este año, un 40% serán en Cataluña
La región catalana es la única que aplica el control de precios por zona tensionada

El primer año de aplicación de la polémica ley de vivienda en España ha resultado en una disminución de 40.000 pisos disponibles en alquiler, con la proyección de que otros 60.000 desaparecerán del mercado a lo largo de este año. Cataluña es la única región que ha implementado el control de precios permitido por esta normativa, representando el 40% de las viviendas afectadas.

Según Alquiler Seguro, los precios de alquiler han seguido aumentando, pasando de 906 euros en 2022 a 1.002 euros en 2023, y se prevé que alcancen los 1.069 euros en 2024, un incremento del 6,68%. Este aumento se debe a un desequilibrio entre la oferta y la demanda, con un mayor número de solicitantes por vivienda en comparación con años anteriores.

La incertidumbre generada por la ley ha llevado a propietarios a retirar sus viviendas del mercado, ya que la posibilidad de aplicar un límite a las rentas no estuvo disponible hasta marzo. Actualmente, solo Cataluña ha declarado zonas tensionadas, afectando a 140 municipios y con planes de expansión. Se estima que 25.000 pisos desaparecerán del mercado en este año en esta región.

En Cataluña, el alquiler es más caro que en otras regiones, con un precio medio de 1.536 euros en Barcelona. La presión de la demanda es alta, con 80 personas interesadas en una vivienda en diez días. El Gobierno busca expandir el control de alquileres a otras regiones a través de ayudas públicas, siguiendo lo establecido en la ley de vivienda.

En resumen, la ley de vivienda ha tenido efectos significativos en el mercado de alquiler, con Cataluña liderando en la implementación del control de precios y la disminución de la oferta. Se espera que el Gobierno incentive a otras regiones a adoptar medidas similares para abordar la problemática de los precios elevados y la escasez de viviendas en alquiler.

Fuente: El Economista

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